domingo, 7 de octubre de 2012

El espectador es un animal de costumbres


El espectador es un animal de costumbres. Una vez cambias algo a lo que estaba acostumbrado una profunda rabia recorre su interior. El espectador no reconoce los cambios; el espectador ODIA los cambios.

Os estaréis preguntando: Y... ¿a que viene eso? Bueno, recientemente he terminado la segunda temporada de Prison Break y hablando con un amigo sobre ese tema dijo que a partir de la tercera le dejó de gustar. Yo le pregunté “Bueno... ¿Por qué?” y el me respondió “Porque cambiaron la cárcel”. ¿Es esa razón suficiente para que deje de gustarte algo? Quiero decir, mirando el primer episodio pensé que era original y que, vale, no era Fox River pero es que hay que innovar, si no nos habríamos cansado y la serie se hubiera cancelado mucho antes.

Así descubrí que el espectador es un animal de costumbres. Ya sea durante un segundo o durante un mes, se indigna. Lo más gracioso es que la mayoría de veces, pasado un tiempo, se dan cuenta de que el cambio... ¡es mejor que lo anterior! Y ni siquiera le habían dado una oportunidad. Rechazar un cambio desde el principio puede hacer que os perdáis muchas cosas. Retomando el ejemplo de Prison Break ¿y si en la tercera o cuarta temporada hubiera el mejor capítulo de la historia de las series? Nunca lo habrías visto. Y todo porque cambiaban de cárcel ¿valió la pena?

Pero puede que con Prison Break no lo entendáis. Pongamos, por ejemplo el cambio del Hormiguero de Cuatro a Antena 3. ¿Hubo quejas? Las hubo. ¿Por qué? Porque el espectador es un animal de costumbres. Y el espectador es un animal entretenido de ver, porque se contradice:

La camiseta del Barça de esta temporada. ¿Hubo quejas? Obviamente ¿Por qué? Porque el hombre es un animal de costumbres. Pero ahora oigo gente diciendo “pues ésta es mejor que la del año pasado ¿eh?”. ¡A la misma gente que estuvo quejándose una y otra vez de que su diseño era horrible!

En conclusión, que si me hubiera negado a ver la tercera temporada de Prison Break por la nueva cárcel ¡me estaría perdiendo esta premisa tan genial e inteligente que se han montado! No neguéis los cambios, los cambios son buenos.

El espectador es un animal gracioso. Gracioso como un mono. El espectador es un animal de costumbres.